El piso de la iglesia cede y los vecinos la cerraron después de varios percances
08 abr 2024 . Actualizado a las 17:46 h.No es lo más habitual, pero no quedó otro remedio. Las misas de las fiestas patronales de A Ferreirúa, celebradas el pasado fin de semana, fueron este año frente al palco de la orquesta y al abrigo de la carpa donde se instaló el bar ambulante. Los bancos en los que se acomodaron los feligreses los trajo del local social la asociación de vecinos. Debido al mal estado del suelo de madera, en la iglesia los asientos se hundieron en más de una ocasión en los últimos oficios religiosos que tuvieron lugar en su interior. «O piso está cheo de buratos e non podemos arriscarnos a que a xente, sobre todo a de máis idade, sufra un accidente ao meter un pé dentro», dice José Luis Parada, directivo de la asociación.
Las misas fueron oficiadas por el cura de A Pobra do Brollón, que tiene a su cargo todas las parroquias de ese municipio, salvo Salcedo y Vilachá de Salvadur, y alguna del vecino concello de O Incio. La del domingo fue cantada por el coro de A Pobra y hubo procesión desde el exterior de la iglesia de A Ferreirúa hasta la carpa del campo de la fiesta, instalada en una pista polideportiva próxima que acondicionó hace años la asociación vecinal para dar vida al pueblo cuando las casas se llenan en verano.
Los vecinos quieren agradecer la receptividad del párroco de A Pobra, dispuesto además a colaborar para encontrar una solución que permita reabrir lo antes posible la iglesia de A Ferreirúa. Un arquitecto la visitó días atrás para elaborar una memoria valorada de los arreglos precisos en su interior. Ese anteproyecto se remitirá a Patrimonio para que autorice las reformas, ya que en la comarca existen precedentes de obras similares paralizadas por no seguir este procedimiento. A partir de ahí, se echarán cuentas con el Obispado de Lugo.
La asociación de vecinos está dispuesta a colaborar económicamente, pero no a hacerse cargo en solitario del coste de la reposición del piso de la iglesia. «Nós estamos por colaborar, pero non imos pagalo todo. Se o Bispado axuda, ben. Se non, pois quedamos sen igrexa», señala el portavoz vecinal. En la práctica, el templo ya se encuentra cerrado al culto. No hay misas los domingos y la mayor parte de los funerales y cabos de año se ofician en A Pobra o en alguna sala del propio tanatorio. En una reciente misa de aniversario que tuvo lugar en A Ferreirúa se hundió uno de los bancos al ceder el piso.
Instalado por la parroquia
El suelo de madera fue instalado en la pasada década de los 60 por los propios vecinos de la parroquia. En el año 2015 comenzaron a asomar los primeros signos de deterioro y la comunidad de montes destinó 4.000 euros a un parcheo provisional. Desde entonces la situación se ha agravado y el suelo está cubierto de tablones que tapan parte de los agujeros de gran tamaño que lo salpican. La asociación vecinal también tuvo que pagar por los terrenos de la antigua casa rectoral —cedida por un vecino al Obispado para uso público— en los que se levantó la pista. Fue en 1992 y desembolsaron dos millones de las antiguas pesetas.
La configuración de la iglesia de A Ferreirúa responde a una reforma realizada en el siglo XIX sobre una edificación anterior. Tiene una nave de planta rectangular y un vistoso retablo en el que se conservan diferentes imágenes religiosas. Entre ellas la del patrón, San Antonio, al que están dedicadas las fiestas pese a no celebrarse el 13 de junio. La festividad propia coincidía en una época en la que muchos vecinos marchaban a la siega a Castilla, de ahí que se adelantase al primer fin de semana posterior a Semana Santa.