Broncano a RTVE: un fichaje indecente

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

IVAN BERMEJO

28 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En un país como España, que ostenta unos de los índices de pobreza y exclusión social más elevados de Europa (lo pueden leer hoy mismo en la sección de Opinión de este periódico), que la televisión pública se gaste 42 millones en fichar a un cómico es para llorar, y no de risa. Estaba claro que RTVE no iba a ser inmune a la degradación experimentada por muchos organismos e instituciones del Estado desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, del CIS al poder judicial. Su aterrizaje en el ente estuvo precedido de grandes golpes en el pecho sobre cómo iban a renovar la parrilla televisiva; al final, lo más sonado fue el bochornoso espacio de actualidad presentado por Jesús Cintora, retirado a los ocho meses; haber rehabilitado al prestigioso periodista del corazón Jordi González, y conformar un panel de tertulianos matinales rebotados de la política entre los que figuran Carolina Bescansa, Begoña Villacís y —desde esta semana— Pablo Iglesias; da igual que ya no estén en los parlamentos, siguen viviendo a costa de nuestro bolsillo.

Los canales de Televisión Española se nutren fundamentalmente de concursos, culebrones (disfrazados de dramas de época), realities y programas de cocina, aunque es difícil distinguir estas dos últimas categorías: ¿hay algo —aparte de las encuestas de Tezanos— más cocinado que MasterChef? La obsesión por los contenidos gastronómicos raya en el delirio y se puede apreciar en esos programas de reportajillos intrascendentes que anteceden al Telediario, que son una sucesión de recetas y larpeiradas patrias, de las torrijas «de la Pepi, la madre de Manolo Sarria» (uno de los colaboradores que ejercen de intrépidos reporteros) a las garrapiñadas que reparte una cofradía zamorana en Semana Santa. Dicen que pretenden «mostrar la riqueza de España y animar al espectador a conservarla para su posteridad», pero diríase que lo que buscan realmente es empachar a la audiencia para que, con el estómago lleno, no sea capaz de discernir el ejercicio de agitprop que viene a continuación.

Ahora, como «el dinero público no es de nadie», histórica sentencia de Carmen Calvo, lo van a invertir en traer a David Broncano y su Resistencia, producida por El Terrat de Buenafuente, que desde hace un lustro está en manos de Mediapro, cuyo accionista mayoritario es chino. A seguir pagando la fiesta.