Siete tripulantes del Elcano, condenados por traficar con cocaína en Nueva York

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Atlas

Tres de los sospechosos fueron arrestados al arribar el buque a Bueu hace diez años

10 may 2024 . Actualizado a las 19:41 h.

Hace exactamente una década, en mayo del 2014, miembros de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos que estaban detrás de unos traficantes neoyorquinos descubrieron que un grupo de marineros del Juan Sebastián de Elcano, buque escuela de la Armada española, habían realizado tres pases de cocaína: cuatro kilos terminaron en el Bronx, otros cerca de veinte kilos acabaron en un hamburguesería de Times Square y, ya por último, siete kilos fueron vendidos en una bolera de la Cocina del Infierno, Hell's Kitchen.

Por estos hechos, un tribunal militar ha impuesto penas de hasta tres años de prisión a siete integrantes de la tripulación del Elcano. En su día trascendió el procesamiento de dos cabos y un marinero destinados en la sala de máquinas del buque, así como de otros dos miembros de la dotación que prestaban servicio en el pañol del contramaestre. Los dos restantes estaban destinados en la cocina.

Tres de los arrestos practicados por la Guardia Civil se produjeron cuando el buque escuela arribó a Bueu, en la provincia de Pontevedra, el 14 de julio del 2014. Días más tarde, ya en Cádiz, fueron intervenidos a bordo del barco 127,9 kilos de cocaína colombiana.

Aunque la causa judicial por los 127,9 kilos de cocaína no llegó a buen puerto, no ocurrió lo mismo con la abierta gracias a las aportaciones de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (Homeland Security) estadounidense. Los traficantes detenidos en Nueva Jersey con 27 kilos de cocaína relataron cómo esta droga había sido vendida por unos marineros españoles, informaciones que terminaron conduciendo hasta la tripulación del Elcano. 

La Guardia Civil, gracias a las declaraciones de un arrepentido, pudo reconstruir cómo los estupefacientes se introdujeron a bordo cuando hicieron escala en el puerto colombiano de Cartagena de Indias. Por aquel entonces, los controles de acceso eran bastante laxos, circunstancia que habría permitido introducir la cocaína oculta entre la ropa de los militares, toda vez que no se registraba a la dotación cuando regresaba de tierra, y en cajas de café. El Tribunal Militar Togado confirmó que la falta de controles en el navío posibilitó, en gran medida, que se pudiese introducir el alijo de cocaína.

Acuerdo de conformidad

Cinco de los siete acusados, dos marineros, dos cabos y un cocinero, aceptaron un acuerdo de conformidad con la Fiscalía asumiendo penas de entre uno y dos años de prisión por tráfico de estupefacientes. Por su parte, los otros dos acusados rechazaron cualquier tipo de acuerdo y sostuvieron su inocencia, si bien han sido condenados a tres años en una sentencia que es recurrible en apelación.

Estos negaron ser traficantes de droga precisando que se limitaron a acompañar a unos individuos hasta un hotel. Por su parte, las defensas alegaron contra las pruebas incluidas en el sumario, toda vez que, a la hora de sustentar sus acusaciones, el ministerio público contó con la colaboración de las autoridades de Estados Unidos que facilitaron grabaciones, interrogatorios y mensajes de teléfono móvil, comunicaciones en las que, como suele ser habitual en estos casos, se emplean términos que buscan ocultar que se trata de negociaciones por droga.