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Depuradores gallegos pedirán explotar los bancos que las cofradías no trabajan

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

Exigen a los productores responsabilidad hacia los demás eslabones de la cadena

09 may 2024 . Actualizado a las 12:41 h.

Con buena parte de las mariscadoras gallegas en paro por las consecuencias de las mortalidades masivas de finales del año pasado, empresarios del sector depurador de moluscos se ven inmersos en un bache del que desconocen cuándo podrán salir. Si es que pueden salir. Lo que tienen meridianamente claro es el cómo: «El marisqueo requiere un cambio estructural». Así de tajante se muestra Roberto Fariña, presidente de la Asociación de Depuradores de Galicia (Agade).

Fariña explica que, mientras los productores optan por acogerse al cese de actividad y cobrar el subsidio correspondiente, aparte de apoyarse en las ayudas directas otorgadas por la Administración gallega, el resto de los subsectores que dependen del marisqueo se las ven y se las desean para salir adelante y mantener cierta estabilidad socioeconómica.

La depuración es uno de esos eslabones que está sufriendo en carnes ese parón del engranaje que está al principio de la cadena. Como lo son también los cocederos, las conserveras y la industria transformadora, que no disponen de materia prima suficiente para que la maquinaria funcione. Al menos no con la rentabilidad que requiere poder hacerlo correctamente.

Es por eso que Agade está decidida a solicitar que sus empresas puedan gestionar aquellas zonas improductivas que las cofradías no exploten o no sean capaces de poner en valor. Fariña sostiene que hay arenales en la ría que no están produciendo marisco y que «consideramos que pueden ser fuente de recursos económicos que ahora nos faltan».

No se trata de que se les expropien los bancos naturales a las cofradías, pero sí que se dé opción a que otros les saquen valor. Porque una cosa es que la Xunta, en el ejercicio de sus competencias sobre el marisqueo en Galicia, haya delegado en las cofradías la gestión de los arenales a través de autorizaciones administrativas, y otra que se cierre la posibilidad de que terceros aprovechen unos recursos que, a fin de cuentas son públicos, para generar riqueza, valor y estabilidad social y económica a la cadena.

Desde Agade apuntan que Galicia tiene 1.800 kilómetros cuadrados de litoral, pero «el 35 % de los bivalvos se producen en tan solo 15 kilómetros cuadrados», que se corresponden con los parques de cultivo de Carril, con un sistema distinto al que siguen las cofradías y que, aunque que su producción está al 50 % de un año normal se ha convertido en el pulmón marisquero.

Caída en la producción

«Sin producto en Galicia es imposible mantener la actividad del sector industrial», subraya el presidente de Agade. Y las estadísticas de Pesca de Galicia revelan que no hay producto. En lo que va de año se han comercializado en las lonjas gallegas 700.000 kilos de bivalvo por 7,8 millones de euros, pero menos de la mitad se corresponde con marisco de concha blanca (almeja, berberecho y similares). Fueron 340.000 kilos por 5,3 millones de euros. En ese mismo período del año pasado, que no fue de los mejores, a estas alturas se habían subastado más de un millón de kilos por 13,3 millones.

Así es que la paralización de la actividad está «causando enorme preocupación en empresas que, sin apenas actividad, están manteniendo estructuras y nóminas más tiempo del que pueden aguantar», explica Fariña.

El colectivo entiende que el cambio climático está ahí, pero saben que los efectos son globales y afectan a Galicia como a los holandeses, franceses y portugueses y, sin embargo, a Galicia está llegando berberecho de Holanda. «El berberecho entra directamente de Holanda, almeja de procedencia variada y hasta fina de Marruecos», explican desde el sector comercializador.

Ángel Mariño, empresario depurador: «Imos tratando de zafar día a día, pero perdendo cartos» 

Ángel Mariño, responsable de la depuradora boirense Angelmar, se precia de ser uno de los pocos negocios de la redonda que siguen trabajando exclusivamente con bivalvo gallego. ¿Cómo? «Como podemos, rascando hoxe un capacho aquí, outro alá, comprando ao prezo que sexa e collendo o tamaño que hai, porque xa desapareceu iso de primeira, segunda y tercera, agora chegan dez kilos de berberecho mesturado e ‘si los quieres los llevas y si no los dejas’», relata. El miércoles desde el Salón Gourmet contaba que el lunes habían conseguido los únicos siete kilos que se habían subastado en Cabo de Cruz a 19,33 euros. Y consiguieron otros diez en Carril. Con «un pouco de ourizo e navalla que collemos en Aguiño e algo de rubia e carneiro conseguido en Ribeira e un pouco de carneiro e japónica dos de a flote de Cabo de Cruz» intentan atender una demanda que tampoco está en horas altas. Así van zafando día a día.

Así y «cerrando el trimestre perdendo cartos. Pero a ver ata cando se pode seguir perdendo cartos, porque o negocio é para ganar, non para perder». Llegados a ese punto, la alternativa será «botar traballadores» —en Angelmar, una empresa familiar, son seis— o recurrir a la importación. A fin de cuentas, «aquí no Salón, falando con xente nos di que se abastece de producto de Galicia, ¿de Galicia ou galego?, porque si en lonxa a ameixa roxa vai a 20 euros a máis cara e a última se para a 15 e a ti déixancha a 13, algo non cadra». Otra opción es hacer como la producción: reclamar subsidios.

Mariño desconocía la intención de Agade de explotar zonas improductivas, pero sí cree que hay que poner a producir esos millones de metros cuadrados que hoy no se explotan. «Hai unha deixadez terrible». Sin entrar en a quién corresponde recuperar esos bancos, lo cierto es que urgente y sería bueno para todos. Quizá se volviera a ver lonjas como la de Rianxo con 200 mariscadoras intentando colocar 10.000 kilos de almeja. Hoy no hay nadie en esa lonja, pero ya hace tiempo que lo más que se ven a la venta 200 kilos.